Soy de los que piensan que el arte no debería ser elitista, que cualquier persona tiene derecho a crear y, que para ser espectador, solamente hay que tener curiosidad. Me encanta descubrir lo que hace la gente que no se considera artista, porque en general me resulta más espontáneo y natural.
Caminando por las calles, parques y jardines de Rusia es posible encontrar muestras de una expresión creativa que tiene como autores a gente común, anónimos que no graban sus nombres en sus obras ni esperan reconocimiento alguno. A esta altura puedo decir que se trata de una tendencia, a la que los rusos suelen llamar «ZHEK» (ЖЭК).
Por lo general las figuras protagonistas son animales logrados de diferentes maneras, siendo los neumáticos de coche y los peluches las principales fuentes de material.
Sin más que agregar, dejo que estas fotos que fui sacando hablen por sí mismas: